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Paco Bardales: “A veces, tu público no está en una sala de cine comercial, sino en un circuito distinto”

El director, productor y guionista peruano evaluó la situación de las películas nacionales y de cómo funcionan los distintos métodos de financiamiento.

Publicado: 2017-08-30

Gianmarco Linares H.

En los últimos años, la dimensión de películas peruanas consumidas por el público ha tenido una recepción decadente. Esto se debe a que nuestro cine compite con industrias extranjeras y posicionadas las cuales evalúan minuciosamente su proceso de producción. Existen dos formas de financiar el cine peruano: mediante subsidios estatales o auspicios de entidades privadas. Conversamos con Paco Bardales sobre las posibilidades del cine peruano, contando tres casos específicos: AsuMare, La ultima tarde y Ainbo. Paco es abogado de profesión, pero ha sabido desarrollarse como comunicador y cinematógrafo a lo largo de su vida. Hoy enseña en el proyecto Estatal Escuela de Cine Amazónico. El productor, director y guionista nos dio su punto de vista. Actualmente se desarrolla en la empresa AV Films, a la par de proyectos de cine comunitario en regiones como Ucayali, Madre de Dios y Puno.


¿El financiamiento por concursos del DAFO, impartidos por el Ministerio de Cultura y la difusión de los programas estatales hacen suficiente como para impulsar el cine?
Definitivamente no. Es un concurso de méritos. Hay proyectos que tienen méritos pero no ganan. Tienes un premio de 500mil soles. Para hacer una película “pequeña” necesitas 100 mil dólares. Lo que te da el Ministerio es la mitad. Tú tienes que buscarte la otra mitad del presupuesto. Debería haber, además, ayudas móviles. Que el Estado no solo ofrezca fondos, sino que cree políticas. Puedo comparar experiencias como la de Colombia. Ahí los maneja un ente que sirve de promotor. Aquí no tenemos un fondo de promoción ni tenemos una ley de cine moderna. Tenemos la misma ley hace 24 años.
¿Lo dices por el contexto de la ley?
Lo digo por las condiciones. Creo que la ley que se dio en el 93 nunca fue una ley promotora. Creo que protegía en exceso al exhibidor, es decir al cine. Lo que el Estado no ha hecho es una labor de promoción en la industria creativa del Perú. Entre ellas, el cine.
¿Qué otras iniciativas puede tomar el Estado?
Otros países tienen algo que se llama film comission. ¿Qué es? Un organismo que se encarga de vender tus proyectos, tus productos cinematográficos o audiovisuales, al mundo. Va como parte de una actividad del Estado y además te vende locaciones. Eso hace España y Egipto, por ejemplo. Es una forma de vender la imagen del país. Lo tiene Colombia, Chile, Mexico y eso señala que su industria está creciendo.
¿Cuál es el beneficio de las locaciones? ¿Contratos a equipos y gente?
Una película de Hollywood que se hace acá, por ejemplo, va a generar un sistema. Un sistema que ayuda. Aquí se han hecho películas extranjeras y todas ellas han tenido el trabajo de contribuir económicamente aquí.
La segunda opción que tiene nuestro cine es el financiamiento de marcas privadas. Muchas veces estas se exhiben durante los metrajes. “AsuMare” es quizá el mayor ejemplo: la película más taquillera de nuestro cine fue financiada por auspicios privados en un 80%. ¿Te parece eficaz esta forma de realización cinematográfica?
Me parece necesario. Hay proyectos que necesitan eso. Una comedia como AsuMare si lo necesita. Es una película que busca una renta. La mayor fuerza de recuperación en el cine son las salas. Es casi el 90% de los fondos que ganan. En Hollywood hay ingresos por televisión, streaming, dvd, o lo que sea. Otras podrían optar por un financiamiento que se busca que funcionen como leyes de mecenazgo: que una empresa te auspicie a cambio de que haya condiciones promocionales del Estado. Este caso ha funcionado en otros países y es interesante. No todas las marcas van a estar dispuestas a meter plata por meter. Por ejemplo, que una empresa meta 100 mil dólares a una película y que el Estado le exonere el 10% de impuestos a sus ingresos. Sigue siendo negocio para una empresa grande.
¿Productoras como Tondero están dando paso a una industria en nuestro país?
Pasa que venden paquetes anuales. Vendes películas que pueden ser taquilleras, vendes un Asumare, vendes un A los 40 con un El elefante desaparecido o un Solos. Solos ha tenido 1100 espectadores el año pasado y es un producto de Tondero. Ellos lo han podido compensar con Locos de Amor que metió un millón trescientos mil espectadores. Estos paquetes de varias películas tienen empresas auspiciadoras fidelizadas como el Banco Continental. Es toda una cadena que retroalimenta.
¿Beneficiaria una ley de ocupación de cierto porcentaje de cine nacional en carteleras?
No creo en ninguna imposición. El hecho mismo de que te pongan la película, no te asegura que la gente vaya a verla. Debe haber condiciones. No hay condiciones formales. No firmas un contrato. No hay leyes ni contratos; una formalización real de esto. Si los cines pierden, no pueden pasar tu película más tiempo. Es importante exigir estas condiciones para que les otorguen derechos. No hay un trato concreto.  
Es una especie de relación por comisión, entonces.
Eso es lo que trabajan, pero no está escrito. Además, cada sala te cobra una cuota por alquiler. Es algo que surgió con la digitalización de las salas de cine. Casi el 80% de salas se convirtieron a digital. Las otras nacieron en el camino. Tienes que pagar $700 si tu película no cubre esa cantidad ya estás en pérdida. No servirá. 
Entonces, ¿El cine que no llena salas no tiene reconocimiento?
Lo comercial puede más. Lo económico. A mí me encantaría que se pudieran hacer proyectos interesantes, pero la gente no quiere verlos. La película que menos gente vio de mis proyectos es la que más críticas positivas ha tenido y la que más se ve es golpeada pero valorada. La valoración es subjetiva, pero no es subjetivo saber cuánta gente quiere ver tu película. A veces tu público no está en una sala de cine comercial, sino en un circuito distinto. El cineasta peruano debería tener en cuenta esto último.
En una entrevista con Joel Calero, me dijo que el cine de autor era posible en el Perú, siempre que se expandiera el factor tiempo para acabar una producción. ¿Crees que es rentable o, al menos, una vía posible?
Sería interesante trabajar para un cierto tipo de cine de autor. A través de medios como una cinemateca. No tenemos en Perú una cinemateca nacional. Hay una en el Ministerio de Cultura pero nadie va. Puedes hacer ahí avant premiere. Se puede mover. Este tipo de cines distintos están ahí. Hay películas que no logran encontrar su público porque creemos que todos debemos pasar por el cine comercial.
La estrategia que él utilizó lo ayudó a posicionar su película por semanas en salas comerciales. ¿Cómo se valora el tiempo de exhibición tras haber seguido una estrategia deliberada?
En general las primeras dos semanas son las fuertes. El resto ya es una pequeña audiencia. ¿Qué paso con Joel? La primera semana logró un tercio de su taquilla. La segunda fue fundamental. Pudo parar, con un boca a boca, la caída natural que tiene la película en cuanto a espectadores. El boca a boca no te ayudará a masificar, pero si a fidelizar a cierto público que está interesado en tu tipo de películas.  
Otro caso peruano que quiero tocar es “Ainbo” la película de animación pactada para realizar en Hollywood y de diseñadores peruanos. A parte de beneficiarlos a ellos personalmente, ¿Cómo beneficia al cine nacional? ¿Es una forma de apuntar la atención de la gran industria hacia lo nuestro?
Depende de lo que si queremos es vender la identidad. Eso se puede hacer desde un estudio de Hollywood. Podríamos crear una bandeja de proyectos y no solo una idea; esto requiere una logística para así enlazar más aspectos. ¿Qué pasa con Hollywood? Nuestras películas no son transmitidas allá. Los americanos quieren ver a sus actores en sus ambientes. Ellos han comprado guiones a uruguayos españoles, etc. Saben que la gente no va a ir si distribuyen una película del otro lado, por eso la adaptan; compran las ideas. Deberíamos tener listos estos proyectos. Necesitamos que el paso de la internacionalización se dé a gran escala. Que los proyectos peruanos conquisten otro público. Ya no podemos competir entre películas peruanas. Me parece que ese es el reto. 
Ya para cerrar, ¿Crees que en nuestro país puede alguien vivir únicamente del cine?
Yo pensaba que no. Ahora, creo que si se puede. Aun siento que no es exclusivo el tiempo que dan al cine. Puede mejorar. Puedes hacerlo sabiendo las prioridades y necesidades que atiendes, sabiendo a dónde vas y pensando cuál es tu objetivo. La idea de vivir del cine completamente es algo que algunos ya están haciendo. Creo que, con estas ideas, la situación puede mejorar para que la gente pueda vivir del cine. 

Escrito por

Gianmarco Linares Hernández

-1995 -Estudiante de Periodismo -Haselism contacto: gianmarcolinaresh@gmail.com


Publicado en

Recopilación de Arte Social e Independiente

Busco recopilar todo tipo de arte social con el que me cruce, sea el tipo que sea, teniendo siempre una responsabilidad social